Tener un blog es así

miércoles, septiembre 23, 2015

Tenía catorce años cuando pulsé por primera vez un botón de publicar. Ciertamente por aquel entonces no tenía para nada claro lo que hacía, era 2007; pero no tardé en darme cuenta de que aquello, fuera lo que fuese, me gustaba. Es más, me gustaba mucho.

He de decir sin embargo que mis primeros pasos en esto de hablarle al aire y disfrutar en el proceso no se forjaron en Fotolog ni en aquella fugaz relación que mantuve con Wordpress antes de aterrizar definitivamente en Blogger. A mis once primaveras maqueté un intento de periódico tras varios duros días de trabajo en Paint y una larga y minuciosa búsqueda de las imágenes prediseñadas de Office más adecuadas para ilustrar el encendido de la llama olímpica de Atenas 2004. Salieron cuatro números, y hasta hice varias copias. Ah, la inocencia. Quizás la misma que reinó con ilusión junto a la anarquía en los primeros años de lo que luego decidimos bautizar como blogosfera.

Llegué allí centrándome en moda, o al menos en lo que yo creía entender por ello; y lo hice durante casi seis largos años desbordantes de curiosidad que me aportaron experiencias que tiempo atrás jamás hubiera imaginado. Luego exploté. Y lo hice, remitiéndome a mis palabras: cansada de los copias y pegas, de la escasez de originalidad, del hablar sin saber, de la falsedad por compromiso, de que hubiese más gente interesada que gente interesante, de lo demasiado influyente, y por supuesto también de lo demasiado influenciable. Llegué a verme propia victima de mi punto com, y fuí consciente de que sentía cierta restricción al publicar cuando, en verdad, aspiraba a todo lo contrario.

Fue entonces cuando volví a ver la luz y llegué a puerto. Abrí decidida thenebulosegirl.com hace ahora ya dos años con las ideas más claras que nunca, unos intereses mucho más diversificados que entonces, y sabiendo que esta vez sí, sería el definitivo. A diferencia del reconocimiento que quizás en algún momento pequé de buscar, no aspiro con este espacio a nada más allá de la satisfacción personal que aseguro produce. Y así quiero que siga siendo, con tráfico o sin él; pero alejada de cualquier norma social que pretenda regir algo que sólo yo dirijo. Sin presiones, de forma natural. Aunar creatividad, ideas y descubrimientos en un dominio un tanto caótico que a la vez actúe como baúl de los recuerdos de todo aquello cuanto tengo en la cabeza y que en un futuro sé que me gustará recuperar. En definitiva, crear algo -que quizás a alguien entretenga- sabiendo que verdaderamente representa a quien escribe y sintiéndolo del todo mío.

Y es que hoy, como podría suceder cualquier otro día, haya o no alguien ahí, simplemente me apetecía pasar a saludar. Tener un blog personal es así, exactamente como tú quieres que sea.
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